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Es posible que, de primeras, el nombre de Nien Nunb no te diga absolutamente nada, pero se trataba del individuo que controlaba el Halcón MIlenario junto a Lando Calrissian en El retorno del jedi. Es más, que que saliera a la luz no fue tarea fácil. De hecho, hicieron falta tres personas: una, Mike Quinn, que le moviera cuando se trataba de una marioneta. Otra, Richard Bonehill, que le interpretara en los planos largos. Y finalmente otra, Kipsang Rotich, que hablara en su extraño lenguaje ininteligible. Bueno… salvo porque era totalmente real.
Una aparición más bien pekenia
Rotich era en aquel entonces un estudiante proveniente de Kenia al que le indicaron que dijera algo en su idioma natal. Lo que el resto del mundo escuchó fue ‘‘Atirizi inyui mwi hau inyouthe ukai haha», pero en su país de origen fue tal sorpresa que el actor se convirtió en un famoso local: el idioma en cuestión era el Kikuyu, hablado por la tribu mayoritaria del país, que se vio representada. Lo que Nunb decía, por cierto, no era otra cosa que «¿Qué estáis haciendo ahí? Por favor, venid todos aquí».
El actor, una vez asumida su condición de estrella, dejó el mundo de la interpretación para dedicarse a hacer negocio. 32 años después, los productores de Star Wars le encontraron para que pusiera voz de nuevo al personaje en El despertar de la fuerza y El ascenso de Skywalker y, ya de paso, tanto en los videojuegos de LEGO como en la atracción de Disneyland Rise of the resistance. Nada mal para alguien que hasta ese momento lo consideraba una simple anécdota en su vida.
Aunque el desenlace vital de Nunb queda en duda en la última película, por cierto, la novelización no deja lugar a dudas: toda la tripulación de la nave Tantive IV murió a manos de Palpatine, incluido él. Todo un drama para el público de Kenia que le había convertido, de manera inesperada, en su personaje fetiche. La fuerza le acompañará siempre.